2015/05/08

Mi despacho no es un trastero

Cuando me mudé al barrio donde resido desde hace cinco años mi mujer y yo decidimos que debía tener un lugar donde poder trabajar en casa, un lugar habilitado sólo para desarrollos, sin saber que en el futuro iba a trasladarme a una oficina del centro. Lo empezamos a llamar mi despacho, aunque un nombre más correcto sería laboratorio. Ahora el nombre que mejor lo definiría es "trastero": ahí han ido a parar muchas cosas que no sabíamos dónde poner temporal o permanentemente, u objetos que podían suponer un peligro potencial para nuestro bebé cuando empezaba a tener mayor radio de actividad por la casa.
Ahora mi despacho está en un estado deplorable, parece que un huracán a dejado un montón de basura por todas partes y el simple hecho de llegar desde la puerta a la mesa de trabajo se debe hacer sorteando obstáculos como cubos, cajas con minerales o pilas de apuntes viejos. Creo que va siendo hora de recuperar este espacio al que he dejado de ir por pura vergüenza o incomodidad.

Metas del día:
  1. Conseguir que el acceso a la mesa de trabajo del despacho quede libre, pudiendo llegar con los ojos cerrados sin chocar con ningún objeto del suelo.
Conclusión:

Meta 1: No superada. Aunque he despejado lo suficiente el camino, he llegado a tropezar con una caja. Esta meta deberá repetirse para el fin de semana.

No hay comentarios: